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Qué regalarle a un minimalista

Por Jessica V.

Petites, quiero creer que soy minimalista, y se acerca mi cumple y esto es algo que a la gente parece que le sienta muy mal. El rollo este de «no querer nada» no está cuajando, así que me veo en la imperiosa necesidad de enviar este mensaje al mundo para ahorrarnos disgustos a todos. (Especialmente a mí).

regalos para minimalistas

Por paradójico que suene y a pesar de que probablemente los demás minimalistas de tu vida (que ahora son como una plaga porque mileurismo), te habrán dicho mil veces que no hace falta que les regales nada porque tienen todo lo que necesitan o no creen que el afecto se demuestre dando regalos, que les regales cosas es algo que, a la vista está, escapa a su control. Esto es una decisión tuya, y, bueno, pues tampoco te vamos a matar. Como parte de este grupo, permíteme unas sugerencias.

POR QUÉ NOS CUESTA ACEPTAR REGALOS

El tema de recibir regalos es una cosa con la que batallan bastantes minimalistas (seguro que habéis visto alguno de esos vídeos en los que sale gente persiguiéndoles con regalos por el bosque; o acorralados frente al árbol de Navidad… Una movida). El caso es que el minimalismo es una filosofía de vida que cada uno adopta por diferentes motivos; de ellos, los que pueden llevarnos a lidiar mal con los regalos son los siguientes:

  • Tenemos todo lo que necesitamos
  • No queremos acumular cosas inútiles o que puede que no aporten ningún valor a nuestra vida
  • Tenemos una filosofía one in – one out y por cada mierda cosa que nos regales y tengamos que quedarnos, tenemos que deshacernos de algo que sí hemos elegido nosotros para nuestra vida
  • Solo nos regalan mierdas (esto pasa seas minimalista o no, la verdad)

Si aún así, tienes claro que quieres hacerle un regalo a un minimalista, aquí tienes unas ideas:

REGALOS PARA UN MINIMALISTA

  • Fungibles: Consumibles, vaya. Una caja de verduras de Tudela, vino, un jamón, jabones artesanales (con la menor cantidad de plástico posible, por favor), jabones ecológicos para la lavadora (que no sabéis qué caro está esto y con 15 euros y un bote que tengas vacío por casa le arreglas las lavadoras de tres meses), esponjas de lufa, turrón, cremas, champú. En definitiva, cosas que se vayan a consumir y disfrutar con el uso.
  • Experiencias: Unas entradas para el cine, el teatro, la ópera; unas clases de algo que siempre haya querido probar (pole dance, yo qué sé, Krav Magá); un viaje.
  • Algo que necesite: Para esto el problema es que tienes que haberle escuchado cuando te estuviese contando sus cosis, pero vamos, que si tú preguntas, te lo dicen.
  • Algo de su lista de excepciones: Hay gente que no lo entiende o que no quiere aceptarlo y siempre está con la monserga esta de «Pues tan minimalista no serás si tienes tantos X», pero es una gilipollez. Al final el minimalismo va de conservar solo las cosas que aporten valor a tu vida, ya sea porque son útiles o porque te hacen feliz. Hay mucha gente a la que le hacen feliz ciertas cosas: su colección de cómics de Sailor Moon, unos muñecos de Harry Potter, los lápices de colores… La clave está en averiguar cuál es la excepción de esa persona, así te aseguras de que tu regalo va a aportarle valor a su vida. En el caso de mi chico, por ejemplo: los libros y los vinilos.

Y ya estaría. Ahora, ¡alegría! ¡A regalarle a esos minimalistas como si no hubiese un mañana!

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