Petits, empiezan mañana las rebajas en Madrid (creo, espero y deseo; ya verás como al final no y me hundo) y llevo ya dos semanas mirando las webs de Inditex como una posesa y páginas de descuentos para ver qué me voy a comprar y haciendo un plan de ataque rebajil.
Lo sé, sé lo que estáis pensando, que soy una tarada mental y sí, pero qué se puede esperar de alguien que a los 24 años todavía necesita una chichonera. No, en serio, qué. Que tengo un chichón en la frente que no sé si me está saliendo un cuerno o qué. A ver si es esto lo que esperan todas las obsesas de los unicornios. ¡Qué a mí no me gustan los unicornios!
Total, que toda la tarde con hielito en la frente para ver si baja esto y que no. ¿Cuánto duran los chichones? ¿Lo mismo que los moratones? Que todavía tengo de hace una semana del CrossFit, POR FAVOR. Que casi me salen en el momento y en el box están empezando a sospechar: «Te pegan en casa». Y en mi casa: «Te pegan en el box». Y yo me imagino una pelea épica entre mi coach y mi madre. Mi madre «¿Pero qué le hacéis a mi hija, animales? ¡Que yo no la mando aquí para que la peguen!»; y mi coach «Señora, que esos moratones no son de la barra»; y yo de fondo, bajito y desde un rincón «Bueno, de una barra sí que son. Concretamente de esa que hay entre los asientos del coche. El freno de mano». Y claro, así no se puede.
Así que eso, que a ver si ahora que son rebajas da la casualidad de que a Zara vuelve a darle por los vestidos esos hasta los pies, preferiblemente de manga larga (muy fresquito esto para los 45º a la sombra que va a haber la semana que viene) y ya con eso tiro hasta que se me quiten los moratones. Y con el chichón… Pues no sé, a ver si sacan chichoneras de unicornios O ALGO.