¿Y si me dedicase a la ilustración? A ser artista. A ilustrar cosas. Las que a mí me salgan de las narices, por supuesto, y alguna otra que alguien me encargue, para poder comer principalmente, pero os hacéis a la idea.
Algunas lo sabréis, otras no, pero estoy buscando trabajo. En pleno verano, que es cuando más se mueve el mercado (NO). Así que mientras echo currículums, hago entrevistas y riego las plantas, me estoy dedicando a perfeccionar mis habilidades con Illustrator. (Y con las acuarelas, la pintura al óleo y los rotus, que es una cosa que me gusta mucho a mí). Y me lo estoy pasando muy bien, petites. Y estoy haciendo cosas muy bonitas. Por lo menos a mí me parecen muy bonitas. Bueno, a mí es que me parecen putas obras maestras, no os digo más.
Y pienso, ¿y si me dedicara a esto? A hacer ilustraciones de cosas. ¿Puedes realmente ganarte la vida como artista? ¿Pagaría alguien por mis ilustraciones? ¿La gente cómo lo hace? ¿Abre una tienda de Etsy y ya está? ¿Así empieza a llover el dinero? No, lo más probable es que de donde salga el dinero sea de encargos que te hacen empresas que están dispuestas a pagar por tus dibujos (si resulta que eres una artista con un estilo superdefinido y específico, con muchos seguidores en redes, que es como se mide a la gente ahora, y que encaje con lo que busca la empresa, claro). O de currar en una agencia como creativo haciendo banners para Facebook, que por lo general es un trabajo que te seca por dentro. Definitivamente profesionalizarme como creativa no va a ser una cosa para mí.
Por otro lado, y aunque el sueño de todo artista sea vivir de su arte, sea ese arte la música, la danza o el hacer croquetas (que es un arte te pongas como te pongas), ¿deberíamos realmente ponerle precio a aquello que nos permite llenar los pulmones de aire?
Ojalá ser multimillonaria y pasar el día solo haciendo cosas bonitas sin tener que preocuparme por minucias como ganar dinero para comprar el pan.