El mantra de toda recién enamorada: «Es guapo, de verdad, espera que te busco otra foto».
Igual lo de enamorada es un poco precipitado, pero el tonito de desesperación es real, porque no vas a ser la primera en reconocer que tu novio es feo y aunque no quieres que tus amigas te lo quiten (porque son amigas pero no tanto, que ya nos conocemos todas lo de en el amor y en la guerra… y ya te las has tenido que ver en mitad de una discoteca con tu amiga Elena cual batalla campal para que no te quitase al chico con el que estabas tonteando. La muy puta) buscas su aprobación o por lo menos buscas que mueran de envidia (un poquino na’ más) por el pedazo de tío que te has ligado. Lo hemos hecho todas. Si es que somos así, especialitas. Y encima los tíos no ayudáis mucho a la causa, porque os importa lo que viene siendo un pito lo que subís a las redes sociales y así no se puede vivir de verdad. Bueno, «un pito», a los que os importa poco porque os importa poco, pero a los que cuidáis al milímetro la posición del brazo para marcar bíceps como sin-queriendo mientras hacéis como que contempláis el infinito con mirada ausente es para echaros de comer a parte.
Y luego para nada, porque tú buscas doscientas cincuenta fotos del susodicho, que sale feo de cojones lo mires por donde lo mires, por muy agraciado que sea el muchacho, y tus amigas nunca, pero nunca-jamás de los jamases, te dirán que es feo. No.
—Es guapo, de verdad, espera, mira esta otra foto.
—Tranquila, si con las diecisiete primeras ya me he hecho una idea y puedo asegurar sin mentir que es feo como pegar a un padre.
Esto no ha pasado nunca en la historia de la humanidad. No, las amigas están ahí para apoyarte y sea como sea el chico te dirán «No, tía, si es mono». Aunque por dentro estén pensado «Dios mío, no le toco ni con un puntero láser atado a un palo» (eso sin mencionar a las que añadirán mentalmente detrás «Dios los cría y ellos se juntan». Hay que ver qué amigas tan cabronas que tienes). De hecho yo solo conozco tres personas que me dirían esto sin pestañear (lo de que mi novio es feo) y son las únicas a las que les enseñaría una foto del tío que me gusta: mi madre, mi hermana y mi tía Silvia.
—Jessi, si es muy feo, ¿por qué no te buscas a uno más guapo?
Esto, petits, ha salido literalmente de la boca de mi hermana. Y ni tan mal, porque alguna vez también me ha dicho «Eres muy guapa para él» (que es parecido, pero no es lo mismo) y no sabéis lo caros que están esos halagos por aquí, de verdad.
Por todo esto, y por todas las veces que yo he sido la amiga al otro lado, espero que mi próximo novio sea muy feo. Pero feo, FEO. Que tú digas «¿Es que no lo había más feo?» No. Feo. Que duela mirarle, qué coño. Y voy a pasarme tres cuartos de hora pasando fotos y fotos diciendo eso de «Es guapo, de verdad, espera que busco otra foto» (hasta que no me queden más amigas). Porque lo importante está en el exterior, lo sabe todo el mundo, y porque de los hombres guapos no se puede hacer carrera, eso lo tengo yo más que comprobado.
2 Comentarios
En realidad sólo hay dos tipos de novios, o feos o gilip… :)
La cosa está en vender belleza, porque es lo único que la gente compra, al menos de entrada. Cuando eres tío se ve distinto; lo «mejor» estéticamente es la mediocridad. Cuando eres del montón, tienes un margen de mejora al trato con la gente. Pero si ya eres claramente guapo, sólo puedes empeorar …
Pues lo dicho, puestos a elegir, mejor feo, porque de los otros ya he cubierto el cupo (varias veces). Ahora bien, con mi suerte seguro que además de feo también es imbécil, igual el rollo está directamente en que no sé elegir y debería haber alguien que lo hiciera por mí. Eso nos ahorraría muchos disgustos aunque igual se me iba el blog al garete.
Gracias por comentar, Jordi :)