Cosas que no hay que decirle a una crossfitera

Petits, quiero tener abdominales, pero unos de esos que te caes de culo. (Diría que de esos en los que se puede rallar queso, pero me parece un poco asqueroso rebozarse con gruyère la panza, para qué nos vamos a engañar). Evidentemente, no es mi objetivo final en la vida, pero es una de mis metas físicas a largo plazo (¿objetivo de crossfitera?); vamos, que lo quiero y punto. Y yo no sé qué tiene esta frase de especial (la de los abdominales, no la del queso) que hace aflorar el life coach que todos los hombres de mi vida llevan dentro. Bueno, todos no, pero los suficientes, porque al parecer tú no puedes decirle a un hombrecito de a pie que entrenas cinco veces a la semana (moviendo ruedas de tractor y esas cositas que tiene el CrossFit) y que tu objetivo a medio-largo plazo es hacer una dominada sin ayuda, y esperar que no te ilustre con sus grandes conocimientos sobre el cuerpo femenino en general y con lo que deberías hacer tú con el tuyo en particular:

«Eso es mucho esfuerzo para ti», o «¿No sería mejor que te apuntases a Zumba?» (ZUMBA, tócate los cojones), o mi favoritísima «Ugh, no, yo no saldría con una chica con abdominales», que la primera vez que un tío me dijo eso me dieron ganas de decirle «No te preocupes, yo no saldría contigo ni aunque los tuvieras todos».
Pero, vamos a ver, ¿qué es eso que les pasa por la cabeza a los hombres que les hace pensar que «No, es que yo no podría salir con una chica que estuviera más en forma que yo» es un argumento válido en una conversación con una crossfitera? Es que no lo puedo entender. ¿En qué puto mundo tiene que ser mi prioridad que mi cuerpo cumpla tu cánon de belleza? El tuyo o el de nadie. ¿Qué necesidad imperiosa te hace decirle a una mujer que si sigue haciendo lo que le gusta va a dejar de gustarte a ti? Mira, es que ni aunque fuese tu pareja, es que no se cuida por ti, es que no se deja la piel en los entrenamientos para que tú lo apruebes. Es que no tienes derecho alguno a opinar sobre sus decisiones sobre su cuerpo. Es que no te estoy pidiendo permiso para hacer CrossFit o dejar de hacerlo, te estoy intentando trasmitir la pasión que siento por algo que me encanta y ha dado la casualidad de que es un deporte. ¿No te gusta el deporte? Perfecto, no pasa nada, no entrenaremos juntos y punto. Hablaremos de cine. O no hablaremos nunca más porque no creo que en un futuro cercano me vaya a apetecer conocer tu opinión sobre nada. Porque, de verdad, hay una serie de cosas que no se le pueden decir a una deportista, y menos a una crossfitera:

1. El CrossFit no es para chicas.
   
2. ¿No te da miedo acabar pareciendo un hombre?
3. Pareces un hombre.
4. Las mujeres con músculos no son sexys.
   
5. Tienes demasiados músculos.
6. Levantar pesas es poco femenino.
7. ¿Y todos esos moratones? ¿Es que pagas para que te peguen?
8. Deberías hacer Zumba.
   
9. No te pongas muy fuerte.
10. Al final no tendrás nada de pecho.
11. ¿Para qué entrenas, si ya estás delgada?
12. ¡Ugh, tus manos! ¿Y esos callos?
13. ¿En serio te vas a comer todo eso?
14. ¡Pero si no es paleo!
    

Así que, petites mías, practiquéis el deporte que practiquéis, y seáis crossfiteras o no, si os encontráis con alguno de estos cenutrios del «Tienes brazos de hombre» no os olvidéis de recordarle que si él entrenase, también podría tenerlos.

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