Petits, no quisiera yo alardear, pero creo que soy la mejor ex del mundo. Pero buena, buena. Como novia no sé (bueno, supongo que regulín porque si no de qué iba a tener tanta experiencia en el otro lado), pero como ex valgo mi peso en oro. Soy un puñetero portento, de verdad.
Desde luego, no diría que es un hazaña de la que estar orgullosa, porque quién querría ser bueno haciendo que los demás se olviden de ti (a menos que seas un asesino en serie o un ladrón de bancos) pero, pensándolo bien, llevo años ayudando a mis ex a superar sus relaciones conmigo y no hay nada tan bonito como eso. Si es que solo pienso en los demás.
Total, porqué tengo esta certeza y cómo adquirir esta habilidad: a lo largo de los años he desarrollado lo que a mí me gusta llamar el Protocolo Fantasma, que es básicamente un plan de «escape» prácticamente infalible de una relación de cualquier tipo. Para aplicarlo hace falta una buena dosis de fuerza de voluntad, pero si estás dispuesto a llevarlo a cabo los resultados son inmejorables, de eso no cabe duda, la relación se supera echando hostias (o, por lo menos uno de los dos tiene todos los medios para hacerlo. El otro).
El Protocolo Fantasma consiste a grandes rasgos en cortar todo tipo de posibilidad de comunicación con la otra persona. No solo la comunicación, no, no vale que no le escribas o que no le llames, es que tienes que no poder llamarle ni escribirle (y al revés también, que la tentación es muy mala): convertirte en un fantasma. Desde luego en la era de la comunicación y las redes sociales esto es más complicado de lo que parece, por eso y para no dejar cabos sueltos os dejo una checklist de lo que debéis hacer para cerrar todas las vías:
*Nota: El orden en que hacer la parte del Whatsapp y el móvil es importante, que si borras primero el número luego no lo tienes para bloquearlo y así mal. (Puntos extra si ya que estás borras también todas las fotografías que habéis intercambiado o que tenéis juntos, y te deshaces de regalos, etc).
Desde luego, aun haciendo todo esto, siempre queda alguna forma de contacto que no se puede eliminar; quien hace la ley, hace la trampa: sms, llamadas desde otros teléfonos, y esas cositas, a menos que te cambies de número (que, been there, done that, también os lo digo). Pero está claro que una vez que le haces esto alguien, y ese alguien se da cuenta, muy capullo, muy cortito o muy interesado hay que estar para querer intentar contactar contigo, es una forma de rechazo brutal y por ello hay que estar muy seguro de querer utilizarlo. A veces es un punto de no retorno.
¿Ventajas que tiene?
Es el ojos que no ven, corazón que no siente, elevado a la máxima potencia. Sobre todo para la otra persona (de ahí mi medallita de mejor ex de la historia, si no la medalla sería de mejor superadora de cosas o algo así), no va a aparecerte en ninguna notificación de ninguna red social nunca más. Ojo que para esto hay que acordarse de eliminar todas las conexiones, porque por menos de nada te levantas una mañana con un vídeo de su gato y te jode viva. (También been there).
Duele un poco menos no saber nada de la otra persona cuando sabes que de todas formas no puede ponerse en contacto contigo. Que no solo no te escribe porque no le importes, sino porque no puede hacerlo. Te da algo de control sobre el rechazo. (Y cualquier ayuda en este punto es buena).
Es lo mejor que te puede pasar si te lo hacen porque si algún día te da la pájara y quieres cotillear sus redes sociales, vas a tardar tanto en encontrar una forma de hacerlo (que la hay, por supuesto) que lo más probable es que te des por vencido antes de llegar a sus cuentas. (Mejor ex del mundo, os lo he dicho).
Desde luego no es un método perfecto:
Si la otra persona no te bloquea a ti tú sigues pudiendo ver actualizaciones de Instagram, YouTube, y un par de redes más; lo que significa que si quieres cotillear puedes hacerlo a tus anchas, o sea que tu ojos que no ven, corazón que no siente, requiere un poco más de esfuerzo por tu parte que el suyo. Y créeme, vas a necesitar hacerlo porque mientras la otra persona está hecha polvo dedicándote canciones tristes todo guay, pero cuando a los 3 días veas que bueno, tampoco pasa nada porque ya no estés, se te va a caer el mundo encima, y aquí de lo que se trataba era de que lo superaras tú ¿no? (Quicir, que no caigas en la tentación de cotillear, coño)
¿Cuándo aplicarlo?
Cuando estás completamente seguro de que no quieres, ni te va a hacer ningún bien, saber de la otra persona.
Cuando no crees en una amistad después de una relación. Aquí estoy un poco yo, que siempre he pensado que si puedes ser amigo de un ex es porque en su momento no le quisiste tanto, porque la relación que queda después igual es cordial, pero ¿eso es una amistad? Ahí te quiero yo ver cuando resulte que sale con otra persona y tú todavía no lo hayas superado. En una relación gana el que menos quiere, y si eras tú, perfecto, pero si no, es una mierda pinchada en un palo. Además tampoco creo que nadie haya sido nunca sincero cuando ha dicho «no quiero que desaparezcas de mi vida».
Cuando tu ex es gilipollas.
Cuando quieres quitarte el tema de encima lo más rápido posible: practicidad pura y dura. Tan frío como suena, pero ¿qué inversión de tiempo y energía vas a querer hacer en alguien que no hace lo mismo por ti?
Cuando ha sido lo suficientemente importante como para dolerte si no lo haces.
Cuando ha pasado ese tiempo limitado que hay para sentirse como una mierda porque alguien no te quiera.
Cuando ya no queda nada por decir, y lo que queda no ayudaría a nadie. (A nadie le ayudan los mensajes a las 4 de la mañana porque borracho te has dado cuenta de que le echas de menos, fact).
Cuando tienes más o menos claro que, de todas formas, la otra persona ya no necesita contactar contigo, porque no existen grandes gestos ni palabras locuaces que cambien los finales de las historias.
¿Por qué?
Porque si para alguien no significas tanto como esa persona para ti, cualquier otra cosa que no sea mi Protocolo Fantasma es perder el tiempo.
Porque te mereces algo más.
Porque las cosas se acaban y, efectivamente, no pasa nada.
P.D.: Mi Protocolo Fantasma mola más que el de Tom Cruise y lo sabéis.
2 Comentarios
Jajajajja eres estupenda!!!! Me ha encantado el post y ese protocolo. Un besazo guapisima
NOE CARO
¡Muchas gracias, guapa! Lo patento ya mismo ¡jajja! <3