Quiero que sepáis que estoy muy contenta de que haya llegado octubre. Octubre, la lluvia y el frescoño frío. Porque yo de verano no sé vestir. O sea, sí sé, pero no me mola nada, que no se pueden esconder las vergüenzas en esos pantalones tan cortos.
Total, que a parte de eso, también me gusta un poco el rollo de Halloween, principalmente porque me encanta Hocus Pocus (El retorno de las brujas) y este mes la van a echar en todos lados seis o siete veces (y la voy a ver todas ellas).
Yo lo del miedo lo llevo muy mal, pero por lo demás lo de decorar la casa y dar fiestas de disfraces, guay. Aunque lo de las fiestas en Halloween tiene su peligro, porque yo creo que hay gente que no tiene límites a la hora de elegir el modelito. Quicir, hay cosas de las que NO te puedes disfrazar porque es que NO. Por el amor de Dios, ¡piensa en los niños! ¡Piensa en tu madre!
Por eso, he decidido que estas dos semanas que quedan hasta la Noche de Todos los Santos voy a ir haciendo una lista de todas las cosas de las que no tenéis que disfrazaros ese día (ni ese ni ningún otro del resto de vuestra vida. Bueno, quizá para hacerle un bailecito privado a vuestra pareja, sí, si es que os va ese rollito. Pero YA).
Yo entiendo que el problema viene a raíz de Chicas malas, que ha hecho un grandísimo daño a la sociedad en este tema, reafirmando y sentando las bases para que en esta fiesta haya que ir de lo que sea pero añadiéndole detrás la palabra putilla sexy. En la película: conejita sexy, gatita sexy y ratita sexy.
Aquí hay gente a la que se le está yendo de las manos:

Tía, no. No te puedes disfrazar de hamburguesa putilla, y si lo haces, que luego no te extrañe que te griten aquello de «Me gustaría ser patata pa’ acompañar ese lomo». Ni de pizza sexy, bocata golfo, ración de calamares porno o croqueta guarrilla. Hay unos límites, digan lo que digan Ted Mosby y su calabaza putilla. (Que ahora que me sacáis el tema: la cara de cachorrito abandonado permanente de Katie Holmes, QUÉ).
Recomendación E. H.: Si te quieres vestir de comida, hazlo con clase. Si quieres incluso háztelo tú misma. Yo soy MUY fan de estos trajes de Studio DIY (que además lo único que te gastas es lo que cueste la cartulina). Y si le echas un poco de imaginación puedes disfrazarte de berenjena del Whatsapp con otro vestido y uno de esos gorritos, que ahora está muy de moda:
En próximos capítulos: Animalitos y redundancias, ¿de verdad era necesario vestirte de zorra sexy?
P. D.: ¿Estáis pensando ya en vuestros disfraces?
P. D. 2: ¿Vais a alguna fiesta?
P. D. 3: ¿Me lleváis?
Imagen de la pizza vía Yasmín Islas
5 Comentarios
Cómo odio los disfraces «sexys»
Amén. Yo estoy a favor de ir mona, pero lo de ir enseñando el culillo… No lo veo.
Yo me quiero disfrazar de mimo tipo Chaplin…pero sin bigote, jeje.
Un saludo
Miss Claire
Pero no en plan sexy ¿no? ;P
Odio los disfraces sexy… bueno, me explico mejor: odio que lo único que se vea en disfraces femeninos sea lo sexy, que un chico pueda ir de guerrero molón y una vaya de guerrera sexy, que haya disfraz de médico molón y de enfermera sexy, y demás despropósitos. Si tú quieres ir sexy, pues olé tú, pero lo de meternos por los ojos esos disfraces y que sea la única opción, como que no. Y debo decir que el año que me vestí de colegiala sexy en carnavales (por presión de grupo, todo sea dicho, pero ellas eran más flacas que yo) fue el año en que uno se quiso enrollar conmigo y le acabé haciendo la cobra… y mira que fue mi época de aparato y cejas más pobladas que un Angry Bird, así que mi teoría es que el largo de la falda tapó todo lo demás.
Yo prefiero los disfraces divertidos y monos, por eso las tres últimas fotos me acaban de dar muchas ideas para Carnaval jajajaja.
Por cierto, soy Ainoa, una de las chicas WeLoverSize :) jajajajajaja este es mi blog personal
Un beso enorme!!!