Hola, petites, ¿cómo estáis? (¿Os imagináis esto con el tonillo que uso en los vídeos? Porque que sepáis que lo pienso así). He estado a puntico de llamar a este post «Mierdas que me han gustado en enero», porque lo de «favoritos» me parece un poco repelente, pero ea.
Mientras pospongo y procrastino (y vuelvo a posponer) vídeos y posts sobre mi viajazo a Estados Unidos (que lo pondré aquí y donde haga falta porque tiene que quedar constancia en el mundo de que he estado en Los Estates, por favor, eso que no se pierda), quiero hablaros de tres de las cosas que me han encantado este mes (no me pagan por ninguna, esto que quede claro desde ya, que lo comparto desde la bondad de mi corazón porque soy de un generoso que no me tengo).
1. Hardcore Maternity
La primera de ellas es un libro de ilustraciones, Hardcore Maternity. Que no es que esté preñers, ni haya pensado en quedarme preñers, (ni haya pensado en pensar quedarme preñers), ni nada, pero lo vi en La Central (me lo leí allí mismo porque no tengo vergüenza ninguna) y me pareció TAN genial que me lo tuve que comprar.
Trata la maternidad desde el punto de vista de mujeres que no son perfectas; mujeres divertidas, sexuales, independientes, con resacas y una vida aparte de la maternidad, y me parece que se pinta poco a las madres así, aunque sea un reflejo fiel de muchas de ellas.
Lo recomiendo muchísimo si os gusta el rollo mordaz y sarcástico (que si estáis leyendo este blog entiendo que sí y os adoro por ello).
2. Humidificador VicTsing
Esta cosa ha sido lo más culo-veo-culo-quiero que me ha pasado (y probablemente me pasará) jamás en la vida.
Hace un par de semanas fuimos a comer (albóndigas picantes) a casa de nuestros vecinos y en el salón tenían esta cosa fantástica y preciosa cambiando de colores cada dos por tres. La conversación fue un poco así:
—Ay, ¿eso qué es? ¡Qué bonito!
—Un humidificador, como el clima es tan seco…
—Lo vimos en Amazon buscando un humidificador que tuviera ambientador y tal, y era muy cuchi —(que es algo que Liam dice mucho y es muy gracioso porque es un señor irlandés barbudo de metro noventa)— y tan barato, que le dije a Ale «Compro uno para ti y otro para tu madre».
Así que cuando llegamos a casa le dije a Borja que comprara uno para nosotros. Y otro para mi madre. Y aquí estamos, con la mierda esta haciendo lucecitas en el salón. No me arrepiento de nada.
Lo recomiendo si tenéis una casa, o una habitación, con un enchufe, y/o si queréis a vuestra madre.
3. Cristales y minerales
Por último, una cosa muy bohemia y que queda maravillosamente en todas partes, son los minerales. Qué bonitos y decorativos y estupendos. (Y hasta aquí todos los adjetivos positivos que conozco).
Uno de los libros que me traje de Los Estates, hablaba de decoración y de cómo incluir cristales y minerales en tu casa (y sus «poderes mágicos» y esas chuminadas que entiendo que te puedes creer o no) y me dio TAN buen rollazo que me he pasado el mes buscando tiendas por Madrid para poder hacerme con mi primera colección de minerales.
La tienda a la que yo fui, y a la que, si os interesa el tema, os recomiendo que vayáis, es Geo Room. La dueña del sitio es encantadora; me vio dar mil vueltas mientras llenaba mi cestita de minerales como el que va cogiendo setas por el campo, y luego me estuvo contando sobre la tienda y cómo se había iniciado ella en el tema de los minerales. Superagradable.
En cuanto a los minerales en sí, a mí me dan una paz que no os lo podéis imaginar. Antes incluso de saber para qué sirve cada uno o plantearme si creo o no en los «poderes» o características místicas que se le atribuyen a cada uno, me sentí la mar de tranquila buscándoles un sitio en casa.
Los recomiendo si queréis darle el toque Pinterest definitivo a vuestra casa.
Y después de la turrada que os he dado, ya podéis descansar un ratico la vista.
Un besito, petites.