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Mis amigos

No os lo vais a creer, pero resulta que tengo una vida aparte del blog. Lo sé, yo también estoy alucinada. Me he levantado esta mañana y cuando me he dado cuenta he flipado muy seriamente. Digo: «No puede ser». He quedado con mis amigos y, flipa, resulta que tengo una personalidad más completa de lo que creía. Que hay vida después del sarcasmo de Elegance Hunter. Increíble.

Bueno, y el momento álgido del día ha sido estar teniendo una conversación y que alguien me haya dicho «Vaya, eso no lo sabía, no lo has contado nunca en el blog». ¿Qué me dices? ¡No me jodas fastidies! ¿¡Cómo que no lo cuento todo!?
Os doy un momento para asimilar esta noticia, porque ya os digo que a mí me ha llevado un buen rato.

Vale, ahora ya me pongo seria, ¿hemos entendido todos el mensaje? Entiendo que hay una mayoría (porque espero que seáis mayoría) a la que este post le va a parecer una perogrullada y os pido disculpas, pero de un tiempo a esta parte se ha hecho necesario aclarar una cosa: Elegance Hunter es parte de mi vida, no TODA mi vida.

ELEGANCE HUNTER VS. JESSICA V.
EL PROBLEMA

Encuentro necesario hablaros de esto porque está afectando a mi vida personal y, no os lo toméis a mal, pero una vida 2.0 no es suficiente para mí (y espero que para nadie).

El caso es que tener un blog como el mío y que te guste hacer reír a la gente tiene sus inconvenientes (supongo que en este caso sobre todo lo primero). Dos que me traen de cabeza principalmente:

COMO YA TE LEO EN EL BLOG…

El primero: llevo meses sin saber nada de algunos de mis amigos porque «como ya me leen en el blog…» A ver, ¿cómo que «ya te leo en el blog»? Que me lees qué. ¿El último bizcocho que he hecho? Tío, igual se me ha muerto el gato (no tengo gato) y lo estoy pasando fatal.

No, es que como escribes tan gracioso supongo que estás bien y no me preocupo.

Voy a empezar a suponer que como no hablamos es que te has muerto y así no me preocupo yo tampoco.

Es que me gusta como escribes, ya lo sabes.

Pues no te lo vas a creer, pero en persona soy igual de graciosa ¿eh? Hay gente que dice que incluso más. Que está guay que me leas, pero llámame y nos vemos algún día también, porque tú (erróneamente, repito) creerás que lo sabes todo de mi vida pero yo de la tuya ya no sé nada.

Vamos, que la primera desventaja es que algunos de mis amigos creen que seguimos siendo amigos porque me leen de vez en cuando. Qué fácil mantener una relación así ¿no?

¿USAS EL SARCASMO? ME DAS ASCO.

Segundo inconveniente: gente que me conoce desde hace mucho tiempo que cree que Elegance Hunter es todo lo que hay. Es más, como no creen en el sarcasmo (y/o no lo entienden) creen que soy tan cruel y superficial como escribo. A veces me pregunto si esas personas cuando ven este monólogo de Dani Rovira creen que su madre metía de verdad las hamacas y la sombrilla en la neverita azul de la playa. No sé, es algo que me preocupa de verdad. Que igual me estoy preocupando por nada, porque esto es un poco como la selección natural, un filtro para imbéciles: Mira, si no entiendes lo que es el sarcasmo y te vas a ofender igual no tenemos que ser amigos. Y lo digo así, pero evidentemente me duele, porque son personas que me conocen a mí primero, no al blog, y que prefieren juzgarme por eso solo.

En fin, llevaba tiempo pensando en si debía escribir un post como este o no, porque por un lado no quería matar la magia para los que estáis aquí solo para echaros unas risas o cotillear un poco (que me parece fenomenal porque por eso existe E. H.), pero por otro empezaba a necesitar un artículo al que re-direccionar a algunos de mis amigos cuando me digan algo como lo anterior. Así que aquí está mi pequeño disclaimer: Conformarse con Elegance Hunter está feo si hace tiempo que me conocéis a mí, Jessica, personalmente. (Y más feo aún es que tenga que decirlo, así os lo digo, «amigos»).

A los que tenéis blogs o una vida 2.0 muy activa, ¿os ha pasado algo parecido?

¿Consejos? ¿Sugerencias? ¿Mandamos al paredón a esa gente?

P. D.: Sobre el nuevo diseño también podéis decirme cositas ¿eh? ¿Echáis de menos algo que os resultara útil?

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El otro día una amiga me habló de un chico que le gusta. No sé si es que no me lo estaba contando todo o si es que ya no había más que contar, pero cuando terminó yo me había quedado en las mismas, así que le pregunté:

Pero… ¿Habéis tenido algo alguna vez?
Tenemos un rollo raro.

El único rollo raro que tenía mi amiga con este chico es que ella estaba colada por él y él pasaba de ella olímpicamente. Tal cual.

Me llama a veces para que vaya a ver sus exposiciones de fotografía con mis amigas y eso…
Aaaahh… Es fotógrafo… Míralo, qué bohemio.

Mira, tía, no le gustas. No le gustas y ya está, asúmelo.

Estaba allí con una pelirroja pero me llamó a mí para que fuera a ver la exposición.
A ver, a ella la llevó él, no sé… Yo creo que no le gustas.

Evidentemente no se lo dije tal cual porque tus amigas no te cuentan estas cosas para que las desengañes ni para que les des tu opinión sincera (sobre todo cuando lo último que les has contado tú es que has tenido una historia de amor en París. Mira, no, probablemente lo único que quieran en ese momento sea partirte la cara). No, tu amiga te está contando lo del fotógrafo para que le digas que seguro que le gusta pero es muy tímido, o que está esperando el momento para decirle algo. O alguna mierda de esas. Porque es que es todo mentira, por Dios. MENTIRA.

«Ah, pues mi amiga tenía razón, es que era demasiado tímido pero en realidad estaba enamorado de mí. Lo de todas esas tías que se tiraba era solo una fase». Dijo NADIE NUNCA.

Por eso, para evitar morderme la lengua la próxima vez y para ahorraros buscar en Google «Cómo saber si le gusto», he hecho una lista de gestos y acciones que indican que no le gustas a ese tío, y así, si alguien me vuelve a preguntar, les envío aquí directamente y acabamos antes:

Cómo saber si le gustas - 15 señales de que no le gustas nada a ese chico

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No sé qué clase de turistas (o viajeros, espero que conozcamos la diferencia) sois vosotros pero yo cuando llego a un país desconocido, no paro de fijarme en los detalles más extraños. Curiosidades. Que yo entiendo que los monumentos y esas cosas también están bien pero lo que me deja flipadísima son tonterías, o eso creo yo. Por ejemplo, en Budapest me dejó alucinada prácticamente todo lo referente al transporte, de verdad. Una cosa loca:

TRANSPORTE

Para empezar, me llamó muchísimo la atención no tener que picar billete al entrar en el bus, ¡ni si quiera te lo miran! SE FÍAN de que lo tengas. De hecho en el tren tampoco hay que hacerlo, pero principalmente porque no hay máquinas, hay controladores en las entradas de cada boca de las 5 líneas de metro a los que tienes que enseñarles tu ticket. Controladores, chicos. Personas, no máquinas. (Aquí yo alucinando ya fortísimo).

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