

(Ya hay que ser cabrona para dejaros todo el fin de semana con la intriga ¿eh?)
Bueno, cita con el holandés errante para ir a patinar sobre hielo. Muy de primera cita de película romántica.
¿Habéis visto Soñando, soñando, triunfé patinando? Pues yo igual. Exactamente igual. PERO AL REVÉS. Ni un cuarto de vuelta y me caí de culo. Y no es una exageración. No fue a la mitad ni dos vueltas después. No. Fue antes de llegar al primer cuarto de la pista. Un drama. Que bueno, yo me reí mucho (y cualquiera en un radio de 10 metros) pero nada, el holandés me ayudó a levantarme y luego fuimos de la manita (idea suya, qué monino ¿eh?) hasta que vi que no me iba a volver a caer.