Pongo la radio y suena It will rain de Bruno Mars seguida de Hello de Adele (que cualquiera podría pensar que menudo día de mierda llevaría el pobrecito que elegía las canciones en la emisora que estaba escuchando, pero no, eso no era). Para colmo cuando pongo el CD que llevo en el coche (así de moderna soy) me salta Where are you now de Bieber. Como queriendo decirme mi coche que me acabo de quedar soltera y no me he enterado ¿sabéis? Como «Jessi, te veo yo muy tranquila y relajada, así casi como animada después del CrossFit, no se te habrá olvidado que estás sola otra vez ¿no?» Coño, que solo le ha faltado ponerme algo de Sam Smith (que qué lastimica este chico y qué abracito le daba cada vez que oigo algo suyo, de verdad. Pobre animalico, ¿es que nadie se da cuenta de que está sufriendo?) Así que he tenido una conversación muy seria con él (con mi coche, no con Sam Smith): «¿Esto qué es? ¿Una venganza por llevarte comidito de mierda esta semana? Que te juro por Dios que te dejo los cristales sucios un mes más ¿eh? Que no me da miedo ir a ciegas el resto de la semana por la Nacional 2, que estoy muy loca».
Comprenderéis ahora porqué me quedo soltera con tantísima facilidad. (Que ya hablaremos de esta última vez más detenidamente porque cuando lo sepáis os vais a caer de culo del caballo, ahí lo dejo).
Etiqueta:
Disneyland
A partir de ahora os podéis dirigir a mí como Su Graciosísima Majestad o Su Alteza Serenísima. Serena poco, así que con lo de graciosísima acertáis seguro. (Igual habría que cambiarlo por Su Modestísima Majestad, eso como vosotros veáis).

Chicos, me estoy coronando, que sepáis que en París me estoy coronando. Y ya no porque haya ido a Disney solo para hacerme fotitos con coronas para ilustrar este post (que sí, que lo he hecho. De hecho esto pasó en septiembre, pero es que NO TENÍA ESTAS FOTOS, y claro), sino por esto otro: