Diciembre de 2013
Mi habitación parece un campo de batalla. Esta mañana he recibido un email para concertar una entrevista con la directora de una de las empresas de organización de eventos más exclusivas del mundo. El email ha llegado dos horas antes de la entrevista, que ha tenido lugar a media hora de mi casa. O sea que una hora y media para prepararme para una entrevista para el puesto por el que un millón de chicas matarían (imaginad cuántas cosas me he probado). Hoy he sido Andy Sachs en El Diablo viste de Prada. Y como ella, he llegado allí sabiendo más bien poco de la empresa, aunque suficiente como para reconocer que la que me hacía la entrevista, a parte de directora, también es modelo e imagen de la compañía.