Petits, yo normalmente me acuesto pronto. Me acuesto muy pronto. Pero pronto-pronto. Exageradamente pronto. Muy mal se tiene que dar la cosa para que a las 22:00 no esté ya metida en el sobre. Y esto es algo que sorprende a mucha gente, y no solo eso, sino que les ofende. Como si estuviera desperdiciando mi juventud. Viejuventud he acabado por llamarlo yo. Y menos mal que lo de que a veces a las 21:00 ya estoy tocando almohada me lo guardo, porque menudo escándalo. (De hecho yo creo que en cuanto oscurece un poquito ya es legítimo ponerse el pijama). «¿Qué estás haciendo con tu vida?» Y no es que me guste especialmente dormir, de hecho me gusta madrugar (que esto también está muy mal visto. «¿Cómo que te gusta madrugar? A nadie le gusta madrugar». Ya está el listo de los coj), pero entreno por la tarde y después del CrossFit y de darte una ducha lo único que te apetece es morirte o como mínimo tumbarte, que a esas alturas lo sientes igual, y si te tiene que dar el arrechucho mejor que te dé tumbado, no sé si me explico.
Pero bueno, el caso es criticar, sobre todo lo que está relacionado con la cama, cuándo entras y cuándo sales; con quién, cuántas veces y con quién no. En pijama, desnudo o con calcetines gordos. Pues a lo mejor me gusta dormir en bragas pero duermo con calcetines porque se me quedan los pies fríos. «Es que eso no es ni medio normal». ¿Por qué no?